NOÉ GUERRA PIMENTEL*
No obstante que las autoridades han reconocido los errores en los libros de texto que a partir del lunes 19 de agosto recibirán los aproximados 26 millones de alumnos de preescolar, primaria y secundaria en el país, dichas faltas no se han dado a conocer con precisión, solo se han manejado ambigüedades a lo sumo se ha dicho que son ortográficas, no más, cuando en realidad contienen desde dedazos y omisiones hasta instrucciones incorrectas, lo que no es admisible en textos que son la base académica para la formación de los niños y elemento fundamental para la adecuada orientación pedagógica de cada una de las materias de educación básica.
Entre las imprecisiones, algunos libros muestran palabras con fallas ortográficas como “ocaciona”, “contrarestan”, “físicomotrices” o “desiciones”, o recortadas porque les faltan letras como “escola” en lugar de “escolar”, dos preposiciones juntas que confunden la lectura de la frase, acentos incorrectos e indicaciones erróneas en las que señalan un color que no es el que aparece en la figura. Por ejemplo, en la página 24 del libro de Ciencias Naturales de sexto grado de primaria resaltan dos palabras mal escritas; “ocaciona”, en lugar de “ocasiona”; mientras que a “contrarestan” le falta una “r”.
La palabra “físicomotrices” se repite constantemente de manera errónea en los libros de Educación Física de primaria con la tilde en la “i”, que sobra porque la palabra compuesta lo elimina y se vuelve grave. Ejemplo de ello en la página 39 del libro de Educación Física cuarto grado de primaria, en el que se pregunta al alumno si empleó las capacidades “físicomotrices” de fuerza y velocidad. En ese mismo texto hay otro acento ortográfico que sobra, pues en la página 90 la palabra “dónde”, en realidad no amerita esa tilde porque no es pregunta ni exclamación. Ante esos errores, se anunció que a los profesores se les entregarán manuales donde se indicarán los “defectos”, “a fin de que en las clases se encarguen de hacer las correcciones y los alumnos las identifiquen.”
Y aunque el tema generó polémica, porque son errores que se corregirán sobre la marcha en cuanto a las palabras mal escritas, sino que también en las indicaciones o datos que no fueron actualizados. Por ejemplo, en el libro de Matemáticas de tercer grado de primaria, en la página 118, se indica al estudiante que escriba la fracción numérica correcta coloreada de azul, aunque la figura en realidad está coloreada de verde. En la página 46 del mismo libro, en lugar de decir “comunidad escolar”, hay un dedazo que corta la palabra en “escola”. No obstante los errores, la Secretaría de Educación Pública omitió aclarar que entre los libros que se repartieron para este ciclo ya hay varios con correcciones sobre los mismos textos del ciclo pasado, desconociéndose si se hizo en ésta o en la anterior administración federal.
En el libro de Exploración de la Naturaleza y la Sociedad, de segundo grado de primaria, había dos preposiciones juntas: “en” y “de”, sobrando la última para que la frase fuera coherente y en vez de decir “en de Pátzcuaro”, la idea correcta era “en Pátzcuaro”, la cual ya fue corregida en el libro del próximo ciclo escolar. Pese a que en algunos textos se lograron eliminar los errores de dedazo o acentos de sobra, existen otras muchas fallas que los docentes deberán corregir en las clases y que ellos mismos no detectaron o por lo menos no reportaron en ciclos pasados.
Según desde la semana pasada la SEP ya concluyó la distribución de 233 millones 869 mil libros de texto en las 32 entidades del país. La dependencia informó que para ese día que inicia el ciclo escolar 2013-2014, el lunes 19 de agosto, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) habrá entregado la totalidad de ejemplares, por lo que ahora compete a los estados la obligación de repartirlos. Aunado a ese número de textos, la Conaliteg produjo una reserva de 4 millones 417 mil 95 libros para atender la solicitudes de los estados ante posibles contingencias ambientales o incrementos de las matrículas locales.
*Socio de número y Presidente (2009-2012) de la Sociedad Colimense de Estudios Históricos, A.C.
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