NOÉ
GUERRA PIMENTEL*
Muchos dan por hecho que el
Gobierno mexicano como tal siempre ha tenido el mismo tipo administrativo,
apreciación de suyo imprecisa que se descubre al solo mirar por encimita el
devenir de esta tierra nuestra que ahora es México, para entender más dicho
fenómeno, se hace necesario partir desde la denominación del principal actor
que es el gobernante, entendiendo que son quienes han ocupado la
titularidad del poder Ejecutivo del país en sus diferentes regímenes adoptados,
a la vez Jefes de Estado o Jefes de Gobierno.
En dos ocasiones ha sido
monárquico, bajo la figura de un emperador. Por otro lado, como
república federal o central, la titularidad del Ejecutivo ha estado bajo la
figura de un presidente. Además, cuando ha quedado
vacante el puesto titular, se ha recurrido a diferentes cargos corporativos o
individuales para cubrir interinamente la titularidad del poder Ejecutivo,
mediante regencias, juntas, triunviratos o jefaturas provisionales del
Ejecutivo. De acuerdo con la Constitución
vigente, esta responsabilidad actualmente recae en el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos,
titular del Poder Ejecutivo de la federación mexicana.
Si bien no hay ningún
ordenamiento jurídico que lo especifique, en este cargo recaen a la vez la
jefatura del Estado Mexicano y la jefatura de gobierno de la Administración
Pública Federal. La cronología de los gobernantes de México es compleja por la
inestabilidad política del país durante la primera mitad del siglo XIX
y durante las primeras décadas del siglo XX. Incluso en cuatro momentos de su
historia, han existido a la vez dos titulares del Ejecutivo encabezando
facciones diferentes en guerras civiles.
Veamos, la primera fue durante
la Guerra de Reforma en que había un gobierno liberal (bajo Juárez) y otro
gobierno conservador (entre quienes destacan Zuloaga y Miramón); la segunda
cuando había un gobierno republicano (de Juárez) y otro monárquico (bajo
Maximiliano); un tercero fue al inicio del porfiriato cuando había un gobierno
revolucionario (encabezado por Porfirio Díaz) y otro legalista (que defendía José
Ma. Iglesias); y finalmente una cuarta ocasión, cuando coexistieron los
gobiernos constitucionalista (de Venustiano Carranza) y convencionalista –de la
Convención de Aguascalientes- (sostenido por Villa y Zapata).
Durante las repúblicas federales,
el titular del Ejecutivo ha sido intitulado como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
En contraste, durante las repúblicas centrales
el titular se llamó solamente como Presidente
de la República, de acuerdo con las Leyes
Constitucionales o Constitución de las Siete Leyes y con la
constitución de las Bases Orgánicas. Después
de Guadalupe Victoria no sería sino hasta Benito Juárez
que volvería a haber un presidente mexicano que concluyera íntegro su mandato,
aunque Juárez muere en el desempeño de su último periodo. Posteriormente, con
Juárez y Díaz las reelecciones serían de uso común.
Después de la Revolución Mexicana, nuevamente los presidentes
electos de México comenzarían a terminar sus periodos, ya fueran cuatrienios
(de 1920
a 1928)
o los actuales sexenios (desde 1934, con Lázaro Cárdenas del Río), hasta hoy sin posibilidad
de reelección, no obstante los frustrados cuanto velados intentos de algunos. Esta
columna, además de www.ecosdelacosta.com.mx,
la publican: www.afmedios.com, www.colimanoticias.com, www.colimapm.com, www.editorialsenda.com, www.elbuenvecino.com.mx, www.eleccionescolima.com, www.quadratin.com y sceh.blogspot.com.
*Presidente de la
Sociedad Colimense de Estudios Históricos, A.C.
Comentarios